lunes, 13 de abril de 2015

You are a ghost driving a meat coated skeleton made from stardust, what do you have to be scared of?



                ...Y esos perros no me sacarán, a ostias, nombres de kebabs como líderes del Isis.
Lo único que hago es pensar tanto en los peces de acuario como en los magnates del crimen, y acabo teniendo claro que es justo que todo muera; al final. 
No digo justo como fin del camino (mátate o mira como mueren), sino como advertencia: todos podemos matarnos. Todos Podemos.

Mujeres y hombres, durante siglos, hemos sido una panda de cobardes. Putos y putas cobardes.  ¡Pero qué otra cosa íbamos a tener más común!
Entre nosotras, ahora el manifiesto fálico es más incendiario, vejatorio  y violador que nunca. No se pierden un capítulo los maridos de las casadas felices. Se la machacan con cara de nazi tatuado preguntándose quien es el gran mufti de Jerusalén. ¿Sabes dónde? en Internet.
Internet.
¡Mujer africana, jodido lo tienes, hermana!

Internet es la super mente que sobrevivirá a nuestro holocausto, una especie de Mimir, el gigante nórdico. Toda nuestra cultura milenaria, absolutamente todas nuestras fotos de gatitos; todo quedará abandonado, aunque al alcance de cualquiera. Somos creative commons.

¡Bah, tienen razón, me paso de aguafiestas!
Torear toros, rellenar sus filetes de setas, espolvorearlos con cocaína y celebrar la sangre en fiestas de aniversario, en cenas entre amigotes o incluso estando solo, pasándolos por la freidora y filtrándolos en el corazón como un acto de comunión patético con el resto de los simios.
Cuando sea viejo quiero ver como atropellan a vuestros nietos.


C´est fini!
Concluso!

lunes, 19 de enero de 2015

Revisionando a los clásicos V: Birdman









Con salchipapas y canuto.
Es un sincopado de la vida como es el arte que heredamos de los negros y de los beat y hemos sabido mantener unas generaciones más, es bella y porosa como la piedra pomez.
BIRDMAN SABE A TODAS LAS COSAS.

Es como cuando a Chinaski le preguntan en una entrevista de curro, y de qué escribe? escribe de todas las cosas? Y éste dice sí. Y hablas del cancer también? Hablas de Dios? De mi mujer? Y éste dice sí.
...


Pero encima arremete contra el teatro con lo único que puede aniquilarlo: con el Demiurgo que puede incluir el cine. Nacido del pacto -
un pacto en forma de esquizofrenia nietzscheana -entre Keaton, E Inarritu que aquí se mea en The Mirror de Tarkovski ( así que me salga una vaca sagrada )... no es que le mee; escribe "Birdman" con el pis sobre la casa ardiendo de Tarkovski...

¡Como puede ser una película tan cristalina! Cuando no hay truco, ni trampa, ni cartón; sólo puede ser magia. Magia como ese Edward Norton rechazando a Emma Stone después de aparecer en escena sobre los hombros del Brando de Ultimo Tango en París.

Si mides esta pelicula por escenas te pierdes en el maremagnum: un ejemplo de esto...el maquillaje de Keaton tras escena de ruptura sigue plano secuencia por tres o cuatro escenarios con diferentes iluminaciones de interior para acabar en el exterior en pleno Broadway, con Keaton ganando 750. 000 visitas en Youtube, apenas sólo una escenita pero es que desarrolla el personaje principal en tiempo real a través del método de teatro pánico de Jodorowski -sólo que sin gallos sin cabeza- mientras que con la otra mano consensua el futuro con la imagen digital mejor que ninguna otra película.

Me flipa Iñarritu, él. Y antesdeayer no lo soportaba.
Magia otra vez.
Me encantó Glamourama, mucho aún más Wild Palms; en ambas se referencia a personajes contemporaneos -y/o se les interpela- Aquí el Iña le dice a Scorsese "¡Hola!". ¡Cita a Flaubert! Puto Iña, qué bien me cae.

"Yo estoy muy contento de estar trabajando con él. Es la película más difícil que he tenido que hacer en el mejor sentido que se me pueda ocurrir (...) Hasta me doy nauseas de la cantidad de cumplidos que le aviento, pero no hay palabras suficientes para describir lo grandioso de la experiencia. Ha sido extraordinariamente difícil hacer la película" KEATON
"Estaba aterrado, pero pensé que si después de tantos años no hacía algo que me aterrara, significaría que estaba muerto", IÑARRITU "La fragmentación del espacio y el tiempo son la base del cine. Aquí no ha habido oportunidad para esconder ni manipular nada. Lo que ves, es verdad"


Veo al Shepard poeta aplaudiendo en las butacas, y a Ginsberg, y veo a Emma Stone a Naomi Watts a Galiffianakis y no me lo creo. Y a Andrea Riseborough que no me sonaba pero que al buscarla veo que es la de Oblivion, y ella es lo único que recuerdo de toda la peli. Además de salir en una que tengo pendiente de Leigh.

Esta peli es asombrosa y a quien no le guste le puedes poner una flor en la cara que no sabrá qué es.

Epílogo: Ayer vi Cache (Escondido) de Haneke. XD 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Dura lex sed lex



Canalizar el frotar de grillos en cauce caluroso,
ser una piedra que eligió quedarse.
¡Qué va, ser dejado caer de la mano que prestaba alivio!
Y la gravedad como existencia en este machair.
Caen las noches y las estrellas besadoras
vuelven a erigirse como jurado.

Se filtran los líquidos de hoy en la tierra;
ésta los bebe para afrontar su sed.
Y mientras tanto chillan las alimañas:
el pánico es comunión,
las pieles se acartonan de frío y,
para cuando haya consenso,
no quedará tiempo
para las viejas necesidades de los cuerpos.

La muerte no te da ningún valor, no te ofrece el descanso siquiera,
morir es hacer soñar a los vivos con la cerradura de nuestros ojos muertos.

La carcel debe explotar
El miedo debe matarse a carcajadas
Hay que abandonar a los niños
E ignorar a los viejos.

Es ley.

El futuro es el enemigo,
el dios que no nos quiere,
que alimentamos con nuestras esperanzas.
Cuando debemos alimentarlo con nuestro cansancio;   
y así, será partícipe de nuestra culpa.









jueves, 17 de julio de 2014

Para matarme hay que dispararme a la cabeza


Me disponía a ello. A mezclarlo todo y no entender nada. Quería rezar al vacío para oír mi voz y, mediante la prosodia, volverme un seductor sonoro; como esa voz de carretera y limpiaparabrisas. Y un coro de mujeres fantásticas para esta canción. Hacer bailar a los críos y esas cosas, ya sabéis.

Y desperté de un buen sueño que duró un verano. Mis hermanos también despertaron y no les fue mejor que a mí. Pero entre hermanos nadie se preocupa del resto, eso es lo que más echo de menos por ser hijo único.

No era así tampoco, vale. Habría de todo lo que nos gusta, quizás por turnos o en orden como en la Administración. Pero estaba muy lejos de aquello, por abrir los ojos y tratar de enfocar. El despertar es grandioso aunque amanezcas en prisión tras dejar el sueño de libertad. El despertar es orgulloso y, joder, el orgullo me sabe a solomillo y margaritas a la brasa.
 Pero en la realidad nada estaba siendo como acostumbraba. Lo cual es necesariamente bueno, por supuesto.

Me dispuse a disfrutar, a bailar el día. ¡Ay, esta vida! ¡Qué ingeniosa que es la marrana! Sabe Dios que me río hasta pederme, como poco. Alguien, mientras, está preparando unos copazos, con tanto hielo como sed traigo. Luego, lo de siempre, el "¿qué piso es?" que suelta alguien antes de decidir beber en la calle. La animalidad es un recuerdo por el que brindar.




Y notas las eróticas vibraciones en el suelo de un andar rompedor. Comienza el baile del cuello, escudriñando la ciudad en busca de la dueña de esas pisadas. Se detiene el mundo y la ves, y las arterias empiezan a sudar, subimos el termostato de la ingle y comienza la persecución hasta su posición. Y, en cuanto hay contacto visual, comienza la danza conversacional:

- Mira, mira, me muevo en todas las direcciones

- He visto eso toda mi vida y es la mar de aburrido

- Espera, deja que te ponga aquí, con la luna llena detrás tuyo como si fuese una pamela asteroidal

- Esto resulta, cuando menos, patético, cariño

- Conmigo nunca te faltará un plato de macarrones con queso, te lo juro

- Te he visto hacer todo ésto hace un momento, se lo hacías a aquella otra chica

- No querré más a nuestros hijos que a ti, simplemente será de una forma algo diferente

- No hablas de amarnos...

- Sí, lo hablo

- Hablas por hablar

- ...Amarnos con todo el cuerpo

- Creo que eres mono, pero no vamos a irnos juntos

- ¡Y nadie lo hará desde ahora, porque todos trabajan para mí!

La situación. Hay dioses presenciando las situaciones, ¿o qué os creíais? Además siempre pueden bombardear la ciudad al amanecer; mejor que cuando ocurra estemos lejos y juntos.


martes, 24 de junio de 2014

Protesta violenta contra la vida lenta




De adolescente vi a Marcel Marceau actuando en Zaragoza. Tenía la peor butaca del teatro: estaba en el gallinero en un lateral y con una columna delante que me obligó a ver la obra de pie abrazado a ella. La entrada más barata. Estaba solo; también por aquel entonces.

Aún recuerdo a aquel tipo, sólo, en el escenario vacío, interpretando a más de diez personajes a la vez, en lo que se suponía era la casa de Marceau. Sólo con mímica conseguía que supieses, en cada momento, quien era cada personaje...ni siquiera llevaba atrezzo de refuerzo. No podías perder la atención; Marceau sonreía a todos los invitados, atendía todas las necesidades, abría constantemente la puerta y contabas la gente que había en la habitación con cada apretón de manos. Por extraño que parezca, llegabas a sentir el agobio de la multitud, la frustración de Marceau cuando se entregaba y perdía.
El mimo acababa fuera de su propia fiesta, sentado en el rellano, solo, harto de tanta pollez social. Sin indicio de derrota se ponía de pie, cogía aire exageradamente y entraba de nuevo saltando y gritando como si estuviese en una rave, agarraba a algún invitado y bailaban un tango lisérgico, luego abrazaba, reía a carcajadas y se acababa marchando toda la escena al fondo del escenario hasta cruzar el telón; todo hecho por un viejo enjuto con la cara de blanco y nada más.

Era conmovedor, tenía tantas sublecturas aquel simple mimo en escena que abrumaba; creo que a eso lo llaman "sublimación" en la tragedia y si se opina que no es así a Marcel y a mí nos la bufa.
Porque claro, Marceau es un mimo, y el clown es la existencia trágica de la vida y su vehículo es el humor. Quien no sabe que tragedia y humor van de la mano...mal.
En conclusión, yo forjé mi clown por Marcel Marceau.

El clown está íntimamente relacionado con la sensualidad, con el presente continuo. Es el ser contra el mundo: quiere su respeto, su admiración, necesita su risa. Y es trágico porque el público no va a darle nada más.
El clown es experimentación, es adicción. Y uno de los pilares en los que considero se sustenta el arte.

En España, tuvimos a Charlie Rivel. Un payaso mundialmente famoso del que, hasta hace poco, se desconocían algunos turbios detalles de su vida: que triunfó por la fama del clan formado por su padre al que luego le quiso arrebatar el valioso apellido para los de su propia estirpe; su apego al nazismo hasta conseguir ser el payaso predilecto de Hitler o el acercamiento a Franco cuando huía de las represalias francesas tras la contienda.
A veces se piensa que la derecha no tiene artistas de renombre, bueno, ahí queda Charlie, un clown de toma pan y moja:

- Durante una actuación, Rivel no podía empezar su número, un niño pequeño lloraba asustado y todo el público estaba pendiente del pánico que, aquel payaso -que hay que reconocer daba bastante mal rollo-, causaba al chico.
Rivel se acercó y fue a acariciarle la cabeza, lo que provocó que el niño se asustará mucho más. La imagen era graciosa para el público que consideraba aquello un "espectáculo" y Rivel dio un golpe de efecto en contra de una de las máximas del clown, "si funciona, continúa, reitera, acumula" (aún recuerdo al clown Andrés del Bosque subido a una silla con cara de memo y medio segundo después amenazándonos con la misma silla en ristre sobre su cabeza y consiguiendo el descojono general).
Rivel sólo lo hizo para dejar bien claro lo lejos que está el espectáculo del arte.

Charlie se fue al centro de la pista y sentado empezó a llorar también. Las risas se diluyeron. El efecto poco después fue que el niño entró en shock; "aquel monstruo se expresaba igual que él", un niño entendía que su propio miedo entristecía a aquel tipo raro; y cuando Rivel se acercó al niño ya calmado, éste le ofreció su chupete al payaso.
Ese chupete se guarda en el Museo Charlie Rivel de Cubellas y expresa bastante bien la lucha anarquista del payaso (sí, anarquista y payaso oficial del nazismo, qué pasa), cualesquiera sean las inclinaciones "empresariales" de su portador; ese chupete es la única conquista que puede permitirse el individuo: la fraternidad.

El clown que saqué (porque el clown se saca, claro) era terrible: se lesiona físicamente con el amor, roda por el suelo cuando se bloquea y guiña ortopédicamente el ojo al público. Cuando habla pone pose de sabihondo y acaba justo después las sentencias prometedoras con "blablablabla..." para acabar gritando "BLABLABLÁ" y cuando mira el reloj se enfada de lo lento que pasa el tiempo y se echa a dormir lejos de casa.

Dejé el clown cuando ya me sabía las risas de los de siempre, pero me resurje cuando conozco a alguien de nuevas. Soy un yonki de vuestras risas, y es una actitud que no me infravalora jamás. No sé qué es lo que tiene ese sonido gutural y esas cabezas inclinadas, unas hacia atrás, otras precipitadas hacia adelante; pero disparan las alertas de todos los censores, todos fijan sus miradas en las pantallas donde salís partiéndoos el culo y hacen zoom sobre el elemento transgresor, y mirándolos de reojo les levanto mi dedo corazón.
Abrir las puertas es mi vocación.
 
Marcel Marceau murió en septiembre de 2007, en la localidad francesa de Cahors, en los Midi-Pyrénées, en la región de Occitania. En Cahors, con apenas 20.000 habitantes ganó el No a la Constitución Europea, 
y en las elecciones de 2004 el Frente Nacional no presentó candidatos en los cantones que forman la zona, los socialistas, comunistas y radicales obtuvieron el 57,9% de los votos, la derecha tradicional el 34,8%, y el resto se repartió entre candidatos de extrema izquierda y verdes que no concurrían en todos los cantones. Un payaso, claro.






viernes, 2 de mayo de 2014

Te echarán de menos




Al escritorzuelo de paridas Malclown aka Jou Seff aka FollaviejasCarlistas le han dado repetidas veces con un ladrillo en los dientes esta pasada madrugada. Ha resultado muerto; y quieto; por fin.
El cadáver mostraba una sonrisa sin dientes. En su lugar, el asesino había puesto trocitos de cigarro y usado las partes de los filtros a modo de palas. Nos hemos reído al verlo, las cosas como son.

El informe de la autopsia afirma que se le pasó el dolor de las sinapsis en los últimos tiempos ("por fin... soy incapaz de sentir nada", gritó un par de veces en una gasolinera en Noche Vieja)

Por lo que cuentan los allegados a la víctima, tras aquel descubrimiento se introdujo en una vorágine de excesos... aunque todos bastante blandos, todo sea dicho: cenaba fuera muchas veces, iba al cine cada quince días o así; y aunque seguía comprando de segunda mano en los rastros de yonkas, ya no cogía los zarrios más miserables.

Los viejos del pueblo hasta le volvían a dirigir la palabra. "A ver, ese chaval majo no era, lo que pasa es que venía una y otra vez y lo tenías que aguantar sí o sí", comenta uno de los que le conocían mejor.

Contrariamente a lo que uno creería, aquella vida inane no le impedía ir a trabajar cada día bien vestido (dentro de sus posibilidades, claro) y aguantar, día tras día, la vida de Sísifo.

Sísifo era un latin king que conoció en el barrio madrileño de Lavapiés, éste cogió un curro de relaciones públicas de una sala y murió de frió en la calle mientras intentaba llenar un paquete vacío, con los pitis que iba pidiendo...Fue el único latin king no momificado en pose macarra con ametralladoras.

Testigos oculares afirman que Malclown olía "demasiado bien últimamente; no tanto como huele uno después de follar...pero, bueno, no estaba mal". Supuestamente, las primeras pesquisas apuntaban a que el muerto estaba intentando cambiar su vida de raíz: las facturas de la mansión que se alquiló, las continuas multas de tráfico, el incontestable devenir en John Turturro; era como si la zafiedad de la gris vida cotidiana fuese la experiencia definitiva para el tío.

Ya ni escribía poemas de amor a la Virgen. "Sólo repetía datos de déficit, de inversión pública (jajajajaja) o de desdoblamientos de carreteras", comenta el dueño del ultramarinos chino donde solía adquirir papel del culo y condones ("jajajajaja", añade el entrevistado).

Los hechos, aún sin esclarecer, son investigados por la policía del barrio que afirma, a través de su portavoz Emiliano Lambea -no confundir con el empresario de gasolineras, con quien no guarda relación más allá de ser otro hijo de...-, que "no tenemos efectivos suficientes para acometer este caso como mereciera, échenle la culpa al Gobierno...es probable que se suicidara... como era medio maricón y del PP"

Es un día muy triste para el mundo del Arte; ha muerto Bob Hoskins. Nuestro reconocimiento infinito y parafraseándole en su obra cumbre:

- Estoy harto de tortas, y recibir derrotas; te voy a dar un puntapié en todas las...

- Narices!!, grita una comadreja

- Espera eso no rima con derrotas, replica otra

- Eso no, pero esto sí, clausura Hoskins puntapieando las pelotas de la comadreja



P.D: RIP Bob Hoskins (...que un carrusel de dibus te lleven a tu lugar de jolgorio)




jueves, 20 de febrero de 2014

*Agua + azucar + idiotas




El último vistazo a la linde de la selva que abandono.
Juro y perjuro que volveré pronto, que soy un explorador, un periodista... que me entero de qué están tramando esos cabrones y vuelvo para avisar a la selva y a sus criaturas. Me pongo a ello ya mismo.

......

De repente caigo en la cuenta mientros "fumo" de mi cigarro electrónico; yo salí de la selva por algún motivo. ¿Cuál era que no caigo? Ah, sí...  la evolución.

......

Sí, sí, joder, he despertado de mi ignorancia por fin.¡Se acabo la alienación!
Recuerdo mi misión y he recogido pruebas cojonudas en estos años... la voy a liar gordísima.
Me infiltré tanto y tan bien que ya sé cuánto subirá el paro el martes, conozco el nombre de pila de la amante del Papa Francisco y hasta la fórmula de la Coca Cola*.
Es hora de comenzar la fase 2.

......

Estoy seguro de que me persiguen. Casi seguro.
A veces mi móvil se queda encendido muchas horas y eso que no le queda casi batería. Lo hacen para controlarme, porque se me olvida cargarlo siempre y así no hay forma de espiarme correctamente.

Ni siquiera me llega una sola multa de tráfico... es para que no sospeche, y eso que voy a 140 reales por la autovía siempre.
A mí no me la dan que llevo la selva dentro.
Yo capto el olor de las trampas.

......

Esta chica y yo tenemos mucho en común...no somos como el resto de estos subditos de un dios ciego. Es salvaje, como yo.

Un equipo pequeño, de dos personas; pero un equipo igualmente.

Me pregunto cómo sería nuestra vida en la selva. Cazaríamos con armas nuevas, una cabaña con wifi y todo el día follando; no quizás eso no sería exactamente así.

......

La vida salvaje es reproductora y poco más y, sabiendo lo que sé, no puedo traer una vida a este mundo. Ni siquiera a uno selvático.

......

No necesito a nadie, largaos. Soy autosuficiente. La salvación está en mí. En la anarquía sabré cómo moverme. Sere yo y nadie más que yo. Toda la vida preocupándome por ellas, por los vecinos, por aquel estúpido desierto del que salí hace tiempo, mucho tiempo.

......

Este mundo ha sido bueno conmigo, con un traidor como yo. ¿Qué otro mundo acoge a un desertor y le da calefacción y autobuses donde se puede pagar sin mediar palabra con el conductor? Siento que perdí algo importante hace años. Pero realmente este lugar es bonito. Es confortable.
  
......

No me queda nada. No he cobrado suficiente por todos mis servicios; hayan sido los que hayan sido. Casi no me llega para nada más que para paquetes de tabaco y seguros de vida.
Estoy demasiado cansado para informar a la selva de lo que ocurre.

Pero seguro que han mandado a otros cuando yo no regresaba. Seguro que esto les pasa siempre.
Saben lo difícil que es huir de sus garras civilizadas, pero tampoco pueden avisarte.

Si me hubiese ayudado alguien alguna vez.

......

La realidad es real. La imaginación no es del todo nuestra. Amo el pasado porque lo abandoné casi sin fijarme; pero sólo casi.









lunes, 6 de enero de 2014

Inmisericorde





"¡Méteme un corazón en el culo!" gritaba rojo de ira en la tienda de ultramarinos regentada por una familia china. "¡Métemelo, rápido!".
No había nada que hacer, se me había vuelto a ir la olla y ya, durante los últimos años, me negaba a presenciarlo. Me dediqué a disimular mientras miraba el estante de las bebidas alcohólicas que ya no me decían ni mu. "¡O me metes un corazón en el culo u os maldeciré con ponofobia!".

La cara desencajada, llorando como quien vomita en el mejor bar de la noche. La dueña del local arrebujaba la ropa, que yo me iba quitando, sobre el mostrador.
Me di cuenta de que yo llevaba las uñas de los pies bien cortadas, así que loco mis cojones; aquello lo había preparado, seguro.

El hijo de unos cinco años reía y aplaudía, claro, alguien tenía que disfrutar del numerito.
Porque, desde luego, el cliente solitario que bajaba a por una ración de ramen cada noche, y que me placó tirándome al suelo, no tenía pinta de querer ayudarme con mi problema; fuese el que fuese.

"A ver, pardillo, ¿se puede saber que estás haciendo?", me pregunto seriamente cuando me tuvo inmovilizado en el suelo. "Esta gente no ha cruzado el mundo para aguantar tus locuras". "¡No se merecen esto!".

Y entonces ella apareció. Perfecta, a mi juicio. Con el pelo recogido dentro de una capucha ribeteada por borreguillo, la nariz moqueante por el frio de noviembre, las manos ocupadas con un porro a medio hacer. Riendo por algo gracioso que debía haber contado uno de sus acompañantes.

Ninguno se adentró más allá del umbral, sólo ella vino hasta donde yo estaba desnudo de cintura para abajo, con las uñas de los pies todavía fuera de su campo de visión. Me toco la cabeza que aquel maromo metomentodo me estrujaba contra el suelo, me acarició el pelo y soltó un "...ay, pobre" tan tierno que si no me metían un corazón en el culo, lo iba a agujerear. Como desde aquella posición no tenía muchas alternativas opté por lamerle un zapato, rojo, de plástico. Me llevé una ostia del aspirante a policía y una candente risa de parte de aquella reina regente.

Ella llenó una cesta con artículos y le pagó a la china. "Gracias, adios". Y adios. Recobré la compostura de repente. Aparté al gorila egocéntrico de mi espalda y me marché sin compra y sin ropa; en plan digno. Vi que el grupo estaba al final de la calle y giraban la esquina. Recordé el verano en L´Italia que bebí de una fuente directamente desde el pie de una chica francesa, como un vulgar turista. También me vino el masaje lingual  de casi una hora que le practiqué a los talones de una chica sentada en unas gradas y de la que no vi nada más de su anatomía. La vida pasada había sido espectacular, el sol inmisericorde de los recuerdos quizás fuese un añadido mío, pero objetivamente, el pasado se me había dado bastante bien. El ahora era bien distinto, ya no quedaba nada de mí en mí. Dicen que curarse lleva tiempo, pero es mentira. Es enfermar lo que cuesta trabajo.






















domingo, 29 de septiembre de 2013

Tatuarse con polvora


He visto la casa de Keats en Hampstead (desde la valla, sin pagar... a saber qué fundación se lo lleva), vamos, como todos los pobres que duermen a la noche en los bancos del inmenso parque contiguo, el Hampstead Heath, un parque donde vivir y morir; y con una edición bilingüe de Coleridge en la mochila (¿quieren ser románticos? consuman drogas: láudano, adormidera, metilendioximetanfetamina...) y con aquel tiro en la rodilla de Rilke resonando en mis tripas, aquel que dice "Amantes, a ustedes, satisfechos el uno en el otro, les pregunto por nosotros. Ustedes, los que se aferran a sí mismos. ¿Tienen pruebas? Miren, me ha ocurrido que mis manos se reconozcan entre sí, o que mi rostro ajado se refugie en ellas. Eso me da cierta sensación. ¿Pero quién, sólo por eso, se atrevió a creer que de veras es?"

Siempre tuve claro que moriré bien lejos de la guerra 
Algo parecido le pasaba a Lorca cuando se masturbaba escribiendo (Resisto un ocaso de verde veneno / y los arcos rotos donde sufre el tiempo / Pero no me enseñes tu limpio desnudo / como un negro cactus abierto en los juncos / Déjame en un ansia de oscuros planetas, / ¡pero no me enseñes tu cintura fresca!), todos sabemos que Lorca estaba pidiendo a gritos que no le mataran a tiros en la noche. Pero todos consiguen lo que temen.
Le faltó ese algo de boxeador del poeta Cravan que arrastraba un carro de la compra en el que vendía su obra, pura como pagar por sexo, por comer caliente y no fregar luego o torear lejos de la vereda donde siempre mueren los hijos de los agricultores. Cravan, simple como un anular en el culo, "Me gusta tanto el baile y las locuras físicas que siento con evidencia que, de haber sido jovencita, habría acabado mal. (...) ¿Cuál es esta noche mi error? ¿Qué entre tanta tristeza todo me parece bello?".

Ser un infame jardinero de la nada como decía Cioran; o Ciori, como le gustaba que le llamaran los parroquianos de la taberna. Declamar y declamar, como única función perenne -o  venidera- no puede dar beneficios, pero sirve para ser invitado a postre, a la postre.
"Ávido de exceso y herejía", gritaba el tio pesado. Veis... yo, en un concurso de ambas cosas, participaría; no digo ganarlo, que nunca se sabe como va el ranking, pero me veo haciendo un buen crono.

Mientras no se detiene la imprenta, los cielos arden sobre los puertos que ya he visto y saludo a los que salen del mar con mil mareos disimulados para acurrucarse en el mons veneris de alguna de fuerte olor y risas.
"Aquel vientre era para ser observado con lupa..." Valente siempre me enternece, a veces leo el libro a su hijo muerto por la droga mientras cago. Valente funcionario. "A mi madre la recuerdo siempre embarazada. Los hijos se los iba pasando a su hermana, mi tía Lucía Valente, para la que siempre he escrito poemas".
La pena de quedarse solo o "quedar en lo que queda"

Pero aún aguanto, aún me siento fuerte y sigo tocando el theremin para las que llenan la futurista tumba de Oscar Wilde de besos que podían ser nuestros, pero no lo son.
Vocación de libro de firmas, me temo.
Rimas como rinocerontes, que decía el Muchacho.
Canguelo puro de estar dentro mío. Dios es el despertar. Y la erección es escribir mientras me pulo la caja de cohibas; aunque no ésto. Lo incunable y valioso, lo escrito con detenimiento, con delicadeza y ternura; eso no es para cualquiera; lo atesoro y personalizo con mimo para un mimo... vale, vale. 


      "Al menos lo he intentado"                                                         









lunes, 15 de julio de 2013

Once in a blue moon

Ya toca, ¿no? Unas pocas líneas que pasaros a oscuras.
Lo de siempre, dan subidón si estás en lo jondo. A mí no me afectan -por si os lo estáis preguntando- sería un idiota si consumiera mi propio material.

Tres años después, la pesadez sin humor vuelve a aparecer en escena. Y eso que la última vez le salté todos los dientes y huyó volcando contenedores a su paso. No estaba para hacerme coñas a mí mismo y la primavera deja de existir en cuestión de horas; así que no se hable más.

Y es que el invierno no termina de marcharse, lo gris; vientos helados y sabor a poliéster en la boca. Jodido, sí, pero se puede llevar si te alimentas a base de chirimoyas y Pink Floyd y te dispones a hibernar haciendo la cuchara en la cama con alguien. Me pilló el sueño afilando las puntas de los tenedores como nos enseñó Charles Manson.
Pero ésta ha sido la primera vez que me he despertado cansado de los ciclos impenitentes.

En esta ocasión las arrugas han aparecido sin aspavientos, llamaron al timbre y me pusieron una expresión tan natural que pensé que a lo mejor es que las había llamado yo... seguramente fue eso lo que pasó; cuando me siento solo marco teléfonos al azar.
Con naturalidad, sin jerigonzas, la jodida indolencia deja el abrigo por ahí tirado, se abre una cerveza y se ha instalado en el sofa, así que ahora tengo que dormir en nuestra cama.
Con el paso de los años los descarrilamientos se aceptan porque simplemente ocurren.
 Y todos los problemas se quitan igual, frotando. Hasta que las manchas son tsunamis y sólo sobrevivimos los que somos senior -a base de no rescatar a los principiantes-

Y me pregunta la aburrida imaginación adulta que quién me gusta, porque sabe que ya quedan muy pocas y bajando. Incapaz de querer a nadie por no hacer equipo para odiar al resto.
Cualquier amish maltratador me mira por encima del hombro y se ríe de mi estofado de plancton congelado, ración para uno, sabor tropicante; echando de menos las vistas a aquel patio interior donde mi único plan en la vida era que los vecinos te oyesen disfrutar.
 
Fantaseo con declararme a cualquiera, que me diga que sí, o pedirle fuego y despedirnos, cada uno por su lado. Y fue bonito mientras duró y que nos quiten lo bailao y han salido las oposiciones a estatua de sal.
Lo que no cambiará es el ansia; algo que no se me da bien ocultar como exigen los cánones, pero que aplaudís a rabiar cuando me subo al tonel en medio de la plaza con una erección.
Y, mientras tanto, existe una canción preciosa que está de travesía, un bolero contemporaneo que está a la espera...con lo poco acostumbrado que estoy a eso y lo que rezo para estar a la altura de su altura.

Más de mil buenos sueños perdidos por este momento, por llegar hasta aquí; sabedor de que he perdido la estructura de los párrafos por el camino de chutas amarillas.
Porqué no me hago gracia y aquí sigo; declarando con sérifas que nunca se construyeron los pilares centrales del edificio.
 











miércoles, 13 de febrero de 2013

Releyendo a los clásicos XIV







No quiero saber, ni siquiera predecir lo mínimo. Saborear en mi caso es cerrar los ojos, sacar la lengua y cruzar la autovía de lado a lado. Con suerte acabaré metiendo la lengua por tu ventanilla pasando a 120 kilómetros por hora. Eso debe ser de lo que todos hablan. Y con menos no me conformo.

Me da lo mismo que arrastres sapos y culebras, demonios y abandonos. A esa velocidad, todo sabe bien.
Además las cunetas están llenas de perros y conejos que han fracasado en lo mismo.

"Hay en cada hombre un animal encerrado en una prisión, como un forzado, y hay una puerta: si la entreabrimos, el animal se precipita fuera, como el forzado, encontrando su camino; entonces, y , provisionalmente, muere el hombre; la bestia se conduce como bestia, sin ningún cuidado de provocar la admiración poética del muerto"
                                                                                                                    Georges Bataille  (1897-1962)
                                    

Tus labios, mal perfilados por la prisa y la obligación, están pidiendo a gritos salir a respirar. Yo, que no soy profesor ni en mantenerse con vida, lo único que pongo sobre el tapete es mi admiración. Pero no es todo lo que soy.





viernes, 28 de diciembre de 2012

Saciarse como única misión




Hoy por hoy, la resolución que intento llevar a cabo no es otra que reubicarme fuera. No como consecuencia nacida de un despecho o como construcción de una identidad que pueda explicar al resto; ésto, de hecho, sería completamente contrario a lo que busco y tremendamente adolescente, por cierto me han salido dos canas en los testículos (lo digo para que les echéis un vistazo a vuestras zonas pilosas más olvidadas que también llevan su devenir al margen de todo).
El objetivo que necesito perfilar es la incertidumbre como valor vital, porque siempre me he movido en esa línea de pensamiento experimental y, sin embargo, de un tiempo a esta parte, he escuchado bastante vuestros problemas como si me tuvieran que importar. Como si os tuvieran que importar los mios que os describo con tanto lujo de detalles y subordinadas mal construidas.

Vamos que me dan urticaria ya estos tiempos de organización colectiva, de interconexiones humanas y de globalización de toda emoción reutilizada, revivida. Necesito volver a explicarme como individuo que...de acuerdo no lo voy a discutir, sólo come, se reproduce y muere; que sí, que ejercita pericias que nos permite el intelecto como desarrollar las narrativas de los hechos azarosos o que armoniza o desarticula, en función del estado anímico, las intromisiones en el entorno. Y todo lo demás que creáis que hacemos como humanos pero que no tiene más validez que devorar, rozarse y desaparecer. Tres actos que en realidad tampoco son como para perder tanto tiempo por aquí.

Si no hubiese sido siempre tan blasfemo y endemoniado usaría el párrafo corto: quiero ver la inmensidad. Pero ya la presenciaré cuando me reencarne en limaco.

Vivimos tiempos tremendamente deterministas, donde hasta los intelectuales más significativos piensan que mañana lo seguirán siendo. El capitalismo explota, se devora y se transforma en otra cosa en forma de crisis mundial (la crisis sólo es el cambio de un modelo de explotación de unos países sobre otros), ¿acaso tenéis valor de afirmar que el cosmos está en crisis?  Sin embargo, la opinión generalizada afirma que todo esto está orquestado, que si trabajamos todos saldremos de esta y blablabla. ¡Deterministas, me dais ganas de vomitar materia indeterminada y en direcciones sólo probables!
Porque Hume era un crack y que se plegase ante el poder episcopal de la época, sabedor de lo que sabía, sólo demuestra una vez más que la incertidumbre es mana puro (que no maná) y que en esas andamos, que no tiene sentido hablar de inmanencias varias cuando si los dioses existen, no se muestran a todos y si no existen, algunos los inventan.

Yo lo que quiero es volverme "estocástico", del latín stochasticus ( hábil en conjeturar), que de ahí al sofismo hay un paso, adelante, atrás o en derredor, no sé, qué hasta el lenguaje y las lenguas muertas mutan y pensamos lo contrario. Pero eso nos pasa por habernos arrodillado ante la certeza, por obcecarnos en que era importantísimo descubrir la posición de una partícula con exactitud o echarse novia/o.

Y sentirme de bajona 3/4 y mitad de vida no demuestra que por existencia de contrarios vaya a vivir la "maravilla". Insisto, esto no es un reproche, si no la invitación a que os disperséis en mayor gloria de la anarquía. La bajona ésta, me viene que ni pintada... me la tiráis a la cara y la maravilla la llevo conmigo. No hay contrarios, sólo moléculas y gilipollas.



                                         Multiverse


jueves, 13 de diciembre de 2012

No confundas final con desenlace






Dos Mil Doce (DMD) ha sido en términos creativos una papa arrugá, sin chimichurri, ajolio, ni aliño decente alguno. Si a ésto le sumamos que no coincidí con la primavera tenemos un año abrupto pero ligero, del género "sopetón"; mis 29 años al vapor o "el año que no vivimos peligrosamente".

Sólo diez entradas escritas en este tugurio literario, y ninguna particularmente buena. Así que el proceso de disolución dictamina dos años más de actividad bloguera, con la mitad de actividad cada año hasta llegar a cero. ¿Una muerte anunciada? Au contraire. La mediocridad prevalece siempre.

Y todo esto lo sé por contraste con 2011; claro que, por aquel entonces, respiraba con dificultad y escribir, lo que se dice escribir, pues cuarto y mitad como mucho. Pero fue mi último año fértil. Todos los órganos de mi cuerpo guardan fotos de aquel año.

Aunque claro, todo hay que decirlo, me salía del pellejo; casi tanto como en 2009 (aquello sí fue un despropósito maravilloso, un lanzarse en pos de una extinción ideada por los Monty Phyton).

El caso es que el año que nos compete ha sido un año de finalización, de fin de ciclo; de ultimar el equipaje, subirse en la maleta para cerrarla y luego que te de igual que te la extravíen en el aeropuerto. Este año bisagra integra una cruda realidad: no soy dueño de mis actos, sólo de mis reacciones.
De repente me tratan de usted, me dan teléfono de empresa y me da por volver a casa. Y se oyen las risas enlatadas, claro. Lo que no sabíamos cuando empezamos es "quién haría qué".
Mirar al sol fijamente, oir crecer la hierba, tomar algo con los envejecidos.

Ya ni el perro me respeta. Acostumbrado a moverse entre basura punk y falafeles, me mira embutido en mi abrigo de usuario del AVE y no se cree lo que ve. Puedo leer en sus ojos, "tío, haciendo esto la familia no va a aumentar" y puede que no le falte razón; pero esto es Zaragoza, pequeño; es aquí donde yo fui cachorro y sé colocarme bien perfumado a favor del cierzo.

¡Dame todo lo que lleves o te pincho, 2013! 


martes, 4 de diciembre de 2012

Soy grito y soy cristal








Antes era mago.
Sabía jugar con las percepciones; no sólo con las mías. Podía.
Incluso conseguí levantar un hogar de hojas secas que se contorneaba con el viento, en el que se podía encender un fuego sereno y calentarte.
Pero un hogar sin gente es estar sólo en medio de un remolino de hojarasca.

Antes era un buen mago.
Los críos venían corriendo cuando me acercaba a cualquier pueblo.
Y los viejos se cogían de la mano sabiendo que se podían quebrar; y no importaba.
Se hacían jóvenes a mi costa y todos estábamos de acuerdo.
Pero quise llevar mi revolución a demasiados pueblos
y me volví un conquistador cruel.

Era casi un mago.
Invocaba compañía en las peores noches y les pagaba bien.
Crucé tantas líneas prohibidas que ningún poema sincero me explicaba.
Me derroché. Y ya no podía saborear.
A partir de ahí, cuando lanzaba un beso con la mano era inevitable que algo muriera.
Algunos de esos sitios, los he vuelto a visitar y ahora tienen candados.

...casi un mago
Me herí el cuerpo, me hacía miles de pequeños cortes y los animales podían beber.
Pero pronto me atacó la anemia.
O la pérdida de mi energía arcana.
Solamente entre miles podía ser uno.
Uno que sufre los recuerdos más maravillosos y aún puede sanar a los otros, que casi fue un mago,
pero que ahora sólo es grito y es cristal; mientras tú te eriges en el Valle de los Reyes.








martes, 11 de septiembre de 2012

No funk, no fuck




 ... O eso dicen los que antes eran rojazos, sharps, cocainófilos. El funk, música de verdad; canciones en directos históricos que los tubab descargamos de internet... No, tios, no reventéis el funk. 

Porque mientras una amiga hace concursos de corbatas mojadas para elegir padre, yo soy un campo altoaragonés en barbecho. No sé si se me va a enteder; digo que he aprendido a mirar pantalones y no culos. Con lo que me gustaba a mi hablar...Ahora me masturbo con la radio puesta.

Acordarme de algunas me viene que ni pintado, aunque ya en plan aberracion: la cabeza de una, las piernas de otra, el culo de alguno, mi perilla.
Me he tomado muy en serio desprestigiar a toda la licenciatura de Psicología.

Grito al sol, grito a los coches y a las viejas; sonidos funkadélicos que parecen carcajadas de mohicano.
Todo mientras veo desaparecer a los amigos.
Este mundo es un cancer de próstata y de mama a la vez. No me emborracho por mucho que lo intento... y ya no lo intento.

Vaya mierda, ¿no? Si he puesto el automático para vivir, cómo no voy a poner el automático para escribir.
Me estoy convirtiendo en uno que va de público a programas de televisión mientras se da cuenta de que no es una reencarnación de Kafka.






                                      Va por vosotros, tios

lunes, 27 de agosto de 2012

Un detective indiferente VIII: Cohorte soleada



Joao Cabellera iba liando un cigarro, calle abajo, en un día de sol como pocos. De esos que apetece que pase un coche por los charcos salpicandonos a todos. El buen humor de la población circundante siempre le engatusaba; le hacía siempre mucho más feliz.
Y así, con la cabeza perdida en rememorar otros momentos felices, disfrutaba y se enorgullecía del aquí y ahora.

Estaba a punto de llegar al hospital donde estaba ingresado Hernán -y la mala leche de su amigo motorizado iba a ponerle otra vez en guardia-, así que se tomaba con humor aquellos momentos de relajo. Su mejor amigo iba a necesitar todo el buen humor que pudiese acumular, mucho más que una caja de bombones o unas flores. Hernán se iba a resquebrajar en cualquier momento y todos los amigos se estaban preparando a su manera.
De todos ellos, Joao era el más iluso. El que pensaba que formaban una piña fuerte ante las adversidades.
Adversidad: vivir de chulear mujeres siendo homosexual. 

Bajaba la calle con su camiseta interior de tirantes y sus botas puntiagudas como el que decide morir de adolescencia. Lleno de pasión insultante para cualquiera que se considere honesto. Buscavidas. Liante. Impresentable. Postizo. Mantenido.
Adversidad: vivir siempre con los hijos de otros.


Había dejado a Rita en casa con la palabra en la boca. El hijo de ella, Sergio, jugaba con la comida mientras veía extasiado la mierda que salía de la televisión.
Les había sacado de la cama la madre de ella y habían empezado a hablar en clave, madre e hija. Así que, Joao, se acordó de su amigo ingresado y cogió la puerta aún sabiendo que Rita no quería quedarse a solas con los reproches de su madre y sus errores; los de dar la espalda a todos y todas por unas botas puntiagudas. Ni que decir tiene que no siempre se llamó Joao.

La historia de este día termina con el Cabellera plantado frente a la puerta del hospital, viendo como su amigo es sacado del edificio en su silla de ruedas por un ángel fácilmente corrompible, con Rita echando a su madre de casa furiosa y confundiendo la mirada bovina de su hijo con un discurso de Cicerón a Catilina.
Con Sara, la chica que empuja esa silla de ruedas, sintiendo que, después de tanto correr en círculos enormes, quizás el malhumorado paralítico a su cargo pudiera ser el hombre de su vida. 

Termina con Hernán en medio de un genocidio colectivo sin ser consciente de nada más que de su reciente afición al Tiopental






                                                                                                                          Madre e hija. Leopoldo Pomés
            

miércoles, 22 de agosto de 2012

Si entro en Laconia, arrasaré Esparta






Se sale del hogar y sólo hay bares, claro.  Se entra en uno cualquiera buscando a Guillermo de Ockham o se espera uno tropezarse con Hannah Arendt, pero una vez dentro sólo hay gente envejeciendo y riendo sin que ningún chiste sea la ostia.

Y cada vez que supones que te has definido de alguna manera, llega una horda de diablillos marrulleros para hacerte quedar mal. Te pintarrajean la cara y te visten de industria del porno. Y ni siquiera en el bar ríen.
Así que te buscas un trabajo.

Cada final de equinoccio te entregan una bolsa con maravedíes o un cofre de doblones y te buscas una vida que comprar en la sección de segunda mano de la prensa seria y perfumada. Tres o cuatro lunas después, un desconocido llama a tu puerta. Trae regalos, previamente encargados, que colocas directamente en un rincón en particular por su especial microclimatología y solubilidad con el entorno -lo que viene a ser, donde no moleste-; le das maravedíes y adiós muy buenas.

Pero el sol se esconde y es hora de que tu también tengas tu pérdida de conocimiento diario, mañana hay que sentarse en la misma silla y mirar el mismo electrodoméstico que siempre.

Y llega ese día, cada día. Al decimocuarto bostezo vas a la máquina tragadoblones y te toca un café. Bien por ti. Desde que odias los días, te odias a ti mismo.

Hay jornadas que eres el cincuentón de la mesa de enfrente, con una profesionalidad aplastante a falta de vocación, y esa noche no duermes bien; otros eres el cuñado de la prima del marido de la chica a la moda de al lado y "sí, pero no". La mayoría de las veces eres uno que se parece ligeramente a alguien que solías ser.

Menos mal que en tiempos de guerra necesitan que tú no estés en tu puesto -la fuerza de la desinformación-, y te mandan a asaltar colinas de alto valor turístico, o a tostarte al sol para obtener un oscuro tono epidérmico que se camufle con el status quo. Son dos semanas, 14 días, 336 horas de batallas contra el aburrimiento de intuirse dato estadístico o secundario gracioso. 

Al menos, las otras especies se reproducen por instinto y violencia, no por tener 20 minutos libres al día  como único vestigio de una especie evolucionada.


"Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún género de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los días"
                                                                                                                                   Germaine de Staël