martes, 27 de octubre de 2009

No hay que preocuparse, sino ocuparse



Mi horóscopo, en perfecto valenciá, me ha recomendado que me mantenga activo en tiempos de paro y ruinas.
A lo mejor es cierto que un tonto que piensa mucho es sólo un tonto que piensa mucho.
Y si encima ha visto muchas películas que no ha entendido, y ha leido demasiados libros que no ha vivido, el tonto se desmadra y agota al resto.
¡Pero Ála es grande, existe el facebook! Y aunque este tonto tenga las habilidades sociales de Saddam Hussein, a veces le sale bien.

Recordando a ese Henry Stanley que tuvo que buscar por África al Doctor Livingstone, quién no había perdido la exquisita educación victoriana aunque se limpiara el culo con hoja de palma; lo cierto, lo que sobresale entre el pensar y el hacer, entre el preocuparse y el ocuparse, es el coñazo de la felicidad.
La misma que se descojona en medio de las pistas, sobre las almohadas, y en más caras de las que pensaba; sabiéndose dulce trofeo en una competición sin podio.

Por lo que respecta a este imbécil, se acabaron todos los pre y todos los post...¡bienvenido al mundo de en medio!


lunes, 26 de octubre de 2009

De calmas y tempestades está el mundo lleno

Me afeito con la intención de devanarme la sonrisa imposible, esa que me pusiste ahí; sin casi darte cuenta. Luego me hundo en la catarata urbana que me despierta para encarar de nuevo el sueño. Luego rezo, poca cosa.

A la caida del sol, me preparo de verdad para los lobos. Me pongo mi disfraz de cordero y me voy a patinar a los bares, a las casas que son bares. Esa parte salva todas las demás, ad nauseam.
Me suenan las alarmas a horas indebidas, pero las dejo como están. Porque quien las puso debe tener buenas razones. Mejores.

A día de hoy, todo el mundo lanza las palabras a la cara o las junta como puede. Pero soy yo quien las recoge una a una, a mí es a quien acaban queriendo.
Porque vosotros las violais.
Porque, niña, en tu diario, sólo se quedan por vagancia, porque el calor del coño no tiene igual.
Y desde vuestra canción, chavales, las letras están cavando un tunel hasta la carretera.
Y porque en tu triste plegaria de viejo se quedarán porque serán viejas, porque sonarán viejas y porque estarán a punto de morir.

Porque las palabras también se mueren y son poca cosa y no son de fiar. Así que mucho ojo, niñas, no cojáis palabras de un desconocido hasta que no se os desarrollen los pechos.
Porque las palabras nos dicen mentiras de las personas de verdad.

Y yo quiero pasar la página más larga y la peor escrita de este libro. Lo que no quita para que sea el mejor que he leido; el que me gustaría releer en otra ocasión.
Para quién esté dedicado en la primera página es lo de menos, palabra de buen chamarilero.











"Mientras alzo una mano con la que podré rozar el cielo
La otra acaricia tus entrañas con la punta de sus dedos
Y me hago tan pequeño que me deslizo dentro como un pez
Y me pregunto: esto será lo más profundo que te voy a conocer jamás"
Nacho Vegas