lunes, 14 de diciembre de 2009

Sodales Luperci

Sátrapa Jon Vickers me comenta que, salido de mi frente está
mi propio dios, gigantistic, repartido en la platea,
que supura embeleso, que jalea,
y piensa en mí.
Dulces de otro siglo ya no quedan, mierdas.

Y mi nórdica espera se confita,
libre de bilis,
de guerra hortera,
de liberación menstrual.

Y otra vez lo mismo, y otra vez igual,
y otra vez tú en toda mi cara.
Vierte el cielo buen fiemo sobre sus monstruos y los deja copular,
la Entente fílmica y su apartheid de blanquitos, haciendo de negritos
que tocan las pianolas y la canasta de mi patio.
Dejad de pegarme de niño.
"Tuturuturuturuturuuuú huuú, juhuhú
Tuturuturuturuturuuuú huuú, juhuhú"
por citar a Richard David James.

Se adentran en los días de tapado,
benditos samplers, contrabando,
e ítems religiosos;
y de rodillas defeco art decó en dios y la virgen
(traducible joven) para que se queden a dormir.
...no hay trinidad sin vicio.
Y la santa polla es cableado
y aceite de motor robado
del tractor del abuelo;
que no resuelvo a las raíces ni por estas,
y mil jipis cosechando
cosas que me hacen llorar, beber
y sacudirte.

Y una vez mordí un labio y lo tragué,
torturarme en las formas y en mi único fondo
de puto sida en tartar, meneo anal
y último cigarro, en el último día, del primer mundo.