domingo, 27 de febrero de 2011

No os venderé, palabra

Tengo un superpoder. Y uno cojonudo, además.

Porque luego tengo otras muchas peculiaridades que cuando me pongo henchido pienso que son poderes, pero no, esos me los he currado yo, no me han venido dados de fuera.

Lo que puedo hacer es traerme cosas de los sueños.
Vamos que si en mitad del sueño me encuentro un gato y consigo cogerlo, al despertar, el gato está conmigo; ansioso por descubrir los recovecos de este nuevo mundo, al que se aclimatará enseguida.
Si mi sueño es un polvazo, engatuso a la chica para estar abrazados, todo el sueño, y traerla al mundo del despertar. Y, más o menos, de eso va.
Vivo de los fajos de billetes, de los tesoros escondidos y riquezas que encuentro por ahí.

¿Conocéis el sueño del boleto de lotería ganador? Pues yo no tengo que recordar ningún número, me lo meto en el bolsillo, que es como un agujero de gusano hasta debajo de la almohada.

Si es cierto que la mayoría de los sueños no esconden nada que me quiera traer hasta aquí; es más, a veces, es peligroso lo que te puedas traer a tu habitación...
Niños, los monstruos del armario existen, yo tengo presos unos cuantos que se me engancharon en el último momento a la pierna, desesperados por cruzar el umbral.

También hay que andarse con ojo con a qué dignatario le das la mano o a quién te echas a la espalda a caballito para sacarlo de una batalla, puedes verte inmerso en un conflicto internacional o con un herido de muerte entre tus sábanas.


Pero bueno, las cosas buenas superan con creces esas malas experiencias: he podido despertarme con aquellas chicas con las que nunca me acosté,
he devuelto la vida a personas, que pensaron que habían muerto para siempre, sin tener en cuenta mi opinión; he cabreado a tantos dioses de la extinción, que mi foto está en todas las comisarías del submundo.
En definitiva, he jugado con las reglas de un universo cruel y despótico en mi propio beneficio, tanto como se me ha ocurrido. Invirtiendo así el desenlace de lo ocurrido y de lo imposible como juega un gato atáxico a cazar ratones gigantes
Y espero, con inmensa devoción pagana, que mi mutación configure una nueva raza de seres humanos, inmortales, capaces de reír con cada despertar.




Entrevistador de trabajos nocturnos




"El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura".
Miguel de Unamuno  (1864-1936)




"Hola, ¿quieres follar?"

"¿Cuánto...?"

"25"

"¿En serio?"

"English?"

"A little... well; no really"

"¿Vamos a follar?"

"¿Tienes fuego?"

"No"

"¿Te acabas de despertar o aún no has dormido?"

"Speak english!"

"Da lo mismo; ¿está lejos?"

"¡No lejos!"

"Tu nombre es...what´s your name?"

"Ari"

"Bonito. Yo, Martínez, el facha"

...
...

"Es aquí"

"Ya no quiero follar, Ari... me he equivocado"

"Vamos a follar. Muy rico. Muy largo"

"¡Esto es una mierda, no sé ni donde estamos, ni siquiera me has mirado una vez!"

"Say it in english! ...Vamos te follo mucho...20"

"¿Cómo?"

"20"

"Toma, tengo ocho euros. I´m sorry, I have to go home"

...
...

"Hola, ¿follamos?"

"¿Cuánto...?"