martes, 11 de septiembre de 2012

No funk, no fuck




 ... O eso dicen los que antes eran rojazos, sharps, cocainófilos. El funk, música de verdad; canciones en directos históricos que los tubab descargamos de internet... No, tios, no reventéis el funk. 

Porque mientras una amiga hace concursos de corbatas mojadas para elegir padre, yo soy un campo altoaragonés en barbecho. No sé si se me va a enteder; digo que he aprendido a mirar pantalones y no culos. Con lo que me gustaba a mi hablar...Ahora me masturbo con la radio puesta.

Acordarme de algunas me viene que ni pintado, aunque ya en plan aberracion: la cabeza de una, las piernas de otra, el culo de alguno, mi perilla.
Me he tomado muy en serio desprestigiar a toda la licenciatura de Psicología.

Grito al sol, grito a los coches y a las viejas; sonidos funkadélicos que parecen carcajadas de mohicano.
Todo mientras veo desaparecer a los amigos.
Este mundo es un cancer de próstata y de mama a la vez. No me emborracho por mucho que lo intento... y ya no lo intento.

Vaya mierda, ¿no? Si he puesto el automático para vivir, cómo no voy a poner el automático para escribir.
Me estoy convirtiendo en uno que va de público a programas de televisión mientras se da cuenta de que no es una reencarnación de Kafka.






                                      Va por vosotros, tios

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